Lo importante no es cuánto dinero ganas, sino aprender a retenerlo, esto lo puedes hacer a través del ahorro, un buen hábito que debemos desarrollar, pues el ahorro es la base de la riqueza.

1. Alcancía a corto plazo: Es la típica alcancía que siempre has tenido, el cochinito que te regalan y lo llenas con el dinero que te sobre, pero en cualquier momento si deseabas un juguete o un videojuego, sacabas dinero de ahí. Este sirve para los gustos y los sustos (cuando se poncha una llanta, te quedas sin batería, etc).

2. A mediano plazo: Sirve para cumplir todas tus metas y tus objetivos, por ejemplo, poner un negocio, cambiarte de casa o de coche, irte de viaje, etc. Ahorrar para un fin claro, cuánto dinero necesitas y para cuándo lo quieres lograr. Se le suele llamar ahorro para el consumo.

3. De largo plazo: Es muy importante, se trata de la alcancía que te servirá para ir creando tu patrimonio. Reflexiona cuántos años llevas trabajando, porque si ganas un peso y gastas un peso, no tienes realmente una utilidad de tu trabajo. Imagina que desde que empezaste a trabajar de cada peso que ganabas le hubieras ahorrado diez centavos.

El equilibrio y tener las tres alcancías es lo más importante.